Hoy queremos
presentaros a Don Arturo, como le gusta que le llamen. Es nuestro jefe y
propietario de la agencia. Lleva en el mundo del turismo desde que los
dinosaurios andaban por el mundo. Es un hombre prepotente y clasicista con
pinta de bonachón, pero con muy mal humor. Desde que se separó de su mujer, yo
le digo a la Pili, que pierde aceite. A mí me recuerda a Crispín Clander (os dejo
una foto para quien no lo recuerde).
Llega a la
oficina a las diez de la mañana, pasa lista a los temas, nos marca las pautas y
lo que hay que hacer y desaparece. El tiempo que está en la agencia sólo hace
que vigilarnos, detesta que hablemos entre nosotras, que tengamos un buen
ambiente y nos riamos trabajando.
Para él, el
trabajo en equipo es un montón de gente haciendo lo que él dice. Tiene la
habilidad de pasarse las horas muertas mirando el escritorio o la pantalla del
ordenador sin hacer nada.
Eso sí, el
día que necesita que se le haga un favor, tenemos café con bollo para
desayunar, no es capaz de hacer nada por él solo, es más inútil que un cenicero
en una moto. No sirve ni para estar escondido.
Siempre que
puede está de crucero de fam en India, en Costa Rica, en Egipto. Ha recorrido todo
el mundo y cuando no, está de comida con fulanito o con menganito, como él
dice, trabajando las relaciones externas.
Como dice una canción de Los Mojinos Escocíos: “Queremos pan, queremos vino, queremos al jefe colgao de un pino”.
¡Que tengáis un buen día!
Un beso muy grande!
La Mari